martes, 24 de septiembre de 2013

Sonrisa

Nos cuesta soltar la sonrisa cuando vamos solos, en el tren, por ejemplo. Se suben 4 ó 5 a cantar, guitarra, sonajero, flauta y algo más, no me acuerdo, y a todos nos cuesta reconocer que nos alegran la mañana, apretamos los labios, bajamos la cabeza, agarramos el pie para no llevar el ritmo. Siempre cuesta un poquito empezar a sentirse desgraciado, decía Benedetti. Y alegre, podemos añadir. ¿Y por qué? No sé, yo hoy le he soltado al pie la brida, les he hecho los coros (muy bajito), me he bajado en Atocha con sonrisa.

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