viernes, 6 de septiembre de 2013

Manos

Nuestros abuelísimos (32.000 años atrás) pintaban sus manos en las paredes de las cuevas. Qué tierno, qué raro, qué sencillo. ¿Por qué lo harían?, ¿querrían ya perdurar, decir "éste soy yo", decir "esta mano no la tienen los ciervos, los bisontes, los salmones"?

Manos abiertas como abanicos. Las dibujaban en negativo, o sea, la silueta roja, una mancha grande, y en medio, en blanco, la mano. Manos abiertas como crestas de gallo. Dibujaban la zurda, quizá ya fuesen diestros. Manos abiertas como el futuro, como un río de 5 lenguas, como la boca de salida de un túnel, una luz en medio de la cueva.

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