jueves, 30 de octubre de 2014

Boomerang

Cosas que vuelven, que cree uno que les ha dado esquinazo de un año para otro, y vuelven: el frío, el olor a mandarina en las manos, la muerte, el miedo a la muerte, las moscas, las horas que no avanzan, la impaciencia, el sueño que pesa como 5 mantas, el complejo de gordo, las palabras que dije de más, las galletas de la Nana y la infancia, juntas.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Palabras

Yo creo que decía el Papa que les decía san Francisco a sus monjes que tenían que predicar el Evangelio, incluso con la palabra si fuese necesario.

Memoria

La memoria nos protege, nos devuelve alegrías o nos castiga. La memoria no son las capitales de Europa, sino caras, ojos, luces, ruidos, ni siquiera palabras. La memoria no es dónde he dejado las llaves, por eso es un camino que se borra de delante hacia atrás.

lunes, 27 de octubre de 2014

Gorditos

Yo, que fui gordito (y eso es algo más que tener sobrepeso), me alío siempre con los débiles. Hay un chaval en Top Chef al que, según dijo, le dieron caña de pequeño. El chaval habla desde dentro, como si tuviera los ojos cerrados, quiero decir, desde su mundo, sus palabritas acabadas en ita, todo eso. O sea, que la caña que le dieron no consiguió tapar la razón por la que le tenían envidia: era distinto, era feliz, y era fuerte. Ahí está, ahí ha llegado no para ganar un juego de sartenes ni para ganar a sus rivales; ahí está para ganar a todos los inútiles que no supieron hacer otra cosa en su vida que meterse con los buenos.

domingo, 26 de octubre de 2014

Exigir

Me entero por la prensa, ustedes me perdonen, de que el Madrid ganó al Barcelona, de que los madridistas ya no se meten con Casillas y de que los barcelonistas se cagan en Mesi.

Yo, como un mal futbolero, exijo mucho y premio poco. Yo pongo cruces así de grandes si alguien después de años de servicio va un día y mancha su historial. Y todavía peor: eso luego me quita el sueño; debe de ser que me exijo no exigir, y me pongo una cruz cuando lo hago.

jueves, 23 de octubre de 2014

San Miguel

Los chavales y las chavalas le ponen velas a san Miguel, para que alargue un poco más su veranillo, para poder seguir flotando en los bancos del parque mientras se meten mano. Los chavales y las chavalas no creen ni en las velas ni en san Miguel, ni siquiera creen en el amor. Creen en el verano, donde todo es posible, y en el camino sonámbulo hasta casa con el sabor del deseo todavía en los dientes.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Y otra vuelta

Al taller de relato. Creo tanto en la risa que igual me equivoco, que igual la invoco donde no pega, igual me confundo y le pongo nota a las cosas que hago por lo que me río y no por lo que me hacen pensar, por ejemplo. "¿Qué tal el taller?", al entrar en casa. "Bien, me he reído". Pues eso, se despide hasta mañana un falso escritor de risa floja.

martes, 21 de octubre de 2014

Sencillo

Es difícil ser sencillo. Es difícil desbrozar las religiones, los amores, la historia, dejarlos en sus puritos cueros, tomarlos sin azúcar, ser honestos, ser valientes, constantes y encontrar la esencia.

lunes, 20 de octubre de 2014

Rotu

Yo quiero coger un rotulador y pintar en la pared del salón. Yo entiendo a los niños, y a los grafiteros pichacortas, a mí me dan envidia los chavales de "Hermano mayor" que tiran cubazos de pintura a una tapia para curarse (tenemos anclitas en el ánimo que a veces se van de un cubazo). Paso por las cristaleras y me meto las manos en los bolsillos para no escribir con mis dedos en ellas tu nombre.

domingo, 19 de octubre de 2014

Vuelta

Qué escalofrío, volver. Es que esto está frío, está vacío. De verdad. Es que después de 2 años y pico entrando y saliendo de aquí casi todos los días, para uno un mes, dos, no sé cuánto, y todo ha cogido polvo, y la mesa está vacía y no recordaba uno haberla dejado recogida; esas cosas. O sea, que no sabe uno si ya no le seguirá leyendo nadie, que uno ya no sabe si escribía para que le leyesen, si vuelve a escribir por él o porque le dicen los que le leían "¿has dejado el blog?".

Salí de vacaciones de escribir, me hacían falta, nada más. Ahora vuelvo, es otoño también aquí dentro, en esta pantalla blanca (tú lo lees en negro, pero yo escribo en un editor blanquito que hoy, nada más entrar, me ha puesto la piel de gallina). Ahora toca volver a caldear este hueco día a día; tengo ganas.