miércoles, 31 de octubre de 2012

Tanto

Farmacias con cruces verdes tan intensas, tan intensas que duele mirarlas, lluvia loca llorada de golpe por nubes aguantándose desde el verano, preguntas que llueven como arroz de boda, mis dedos buscando con hambre el calor en tu piel, la policía seria en sus cascos esperando a que escampe la crisis y sus pancartas, palabras balsámicas que curan de pronto epitelios, palabras que me persiguen a mí, como dice Rojas, y no al revés, un dominó de casualidades que encajan de repente, o sea, la misma rima en todas las doctrinas, el mismo ritmo, quiero decir, la misma música de fondo en todo, da igual lo que leas, la misma conclusión, la misma luz, el mismo asombro: el de la certeza de que la vida es todo esto, que es tanto como uno quiera ver.

lunes, 29 de octubre de 2012

Humo

He llegado a casa oliendo a humo, la cazadora traía de la calle el olor a humo de no sé dónde. Sí, el último patio es el que olía, pero de dónde venía el olor en un barrio de pisos. No sé si arden las raíces bajo tierra en el otoño, si el frío de fuera se vuelve amor por dentro, si las hojas queman su alma en la caída.

La cazadora va cogiendo los olores del invierno, así llegará un momento en que tenga grados bajo cero, litros de sol frío, la luz pura, sin el añadido del calor, que tiene el invierno.

domingo, 28 de octubre de 2012

Otra lágrima

Pongo otra porque he perdido la cuenta, y porque en principio no tiene que ver con el resto de lágrimas, pero es que igual sí tiene que ver, y era parte de lo que me quedaba por echar.

Me he emocionado hoy en misa, en Salesianos, porque he vuelto a ver que mucho de lo que soy lo saqué de allí. La alegría, la forma de ver la vida, de ver la religión, la gente, el compromiso, cosas pequeñas que me acompañan.

Y por la última frase de la primera canción del coro "y es preciso que volvamos a ser profetas que no le teman a nada", y he pensado en la crisis, y en mi madre, y en Marta y en los gordos, con lágrima, claro.

Hacer de tripas corazón

En eso creo que consiste ser madre, estar embarazada, quiero decir, llevar un niño dentro. Y de ahí la belleza del asunto, y todo lo inexplicable de después.

viernes, 26 de octubre de 2012

Separados

Paro aquí un ratito para imaginarme el color de las tardes de los viernes para el hijo de padres separados de esta tarde en Atocha. El niño tocacaras, el niño que no llora porque si no se queda feo, que se lo ha dicho una señora, tenía hoy intercambio, transvase, cesión, no sé, como se llame a pasarse a un niño deprisa y corriendo, hola y adiós, en un andén de Atocha.

A mí estas cosas, que no sé de sociología, ni de psicología, ni de pedagogía, ni de nada, me ponen simplemente triste, me ponen amarillo-naranja, que aquí no es un cinturón de kárate sino el color de las tardes de los viernes para el niño moneda.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Farolas

Últimamente cuando vuelvo de correr por el campo ya se está haciendo de noche pero todavía se ve bien. Tengo que llegar a la ciudad y ver las farolas encendidas para decir ¿será más tarde de lo que pensaba?, ¿habré estado corriendo a oscuras sin darme cuenta?

Me pasa como a Neruda, que el médico le diagnosticaba la muerte pero él se sentía vivo.

martes, 23 de octubre de 2012

Gente

De cerca nadie es normal. Era el título de una obra de teatro.

Hoy ha habido Jornada de puertas abiertas en la Escuela de Shiatsu. Uno abre sus puertas, las físicas, y la gente te abre las de su corazón. La gente tiene de todo (quistes infracondrales en el acetábulo derecho, el dedo gordo roto contra una cama, tres entierros en un mes, preocupaciones, ahogos, taquicardias, sentido del humor, sentido del ridículo, desconfianza, ganas de curarse...). La gente, y la gente soy yo, es una capita de azulejos y detrás hormigón, ladrillo, lana aislante, tuberías, argamasa de amor y miedos, subconjuntos de pasiones, ruiditos que se juntan en sinfonías de ilusión, y todo eso que sostiene, que da cuerpo, menos mal, a nuestra fachada.

Arruga

Si te fijas se me ve. Debajo del ojo derecho. ¿De qué es? No sé. Igual de reírme, o de llorar, o de aguantarme las lágrimas, o de pensar, o de la edad, o de no usar gafas de sol en verano, o en invierno, o de los nervios, no sé. Es grande, claro, es un pliegue grande. Me ha dado miedo por si se me quedan los ojos de mi padre (los ojos de mi padre no me han gustado nunca mucho), por si estoy haciendo algo mal por dentro y se me nota por fuera, por si eso es la primera rajita de un terremoto, la punta de un iceberg de penas que no salen, de preocupaciones que se quedan a dormir debajo del ojo derecho.

De momento me he echado una cremita de no sé qué. Mañana seguiré con el tratamiento: volar en globo con gas de garbanzo, ducharme con tus axilas la risa y viceversa, y meterme en la cama y que tu calor a 20 centímetros me haga la permanente en los pelos del pecho, dejando un círculo, como de una pera, en la pechuga izquierda.

domingo, 21 de octubre de 2012

Hablar

Dice Punset, no estoy de acuerdo, que el lenguaje no sirve para entendernos sino para lo contrario, para liarnos y discutir.

Pienso que el lenguaje nos cuece desde dentro (somos lo que pensamos y pensamos con el lenguaje y todo eso), o sea, nos define y nos ayuda a definirnos.

Los políticos usan mal el lenguaje, y los periodistas, y no me refiero a faltas de ortografía sino de limpieza, pero el resto (los políticos y los periodistas en su casa seguro que también) aprovechamos lo mejor que podemos lo que nos da el lenguaje. Y como el lenguaje nos da mucho y nosotros lo aprovechamos bien, avanzamos: nos desnudamos al hablar del tiempo con o sin pesimismos, nos queremos con adverbios de tiempo, lloramos entre interrogaciones y nos damos así en palabras que son más nuestras, más nosotros, que nuestro color de ojos.

(Siempre que salgo de hablar con Marta, sobre todo cuando discutimos, me siento más cerca de ella).

Encéfalo

Hay unas venitas en el encéfalo tan especializadas que la vaina interna, por donde pasa la sangre, retiene partículas microscópicas, virus, bacterias para evitar daños a las neuronas. Siempre me pasa igual, estas cosas me flipan, la máquina perfecta e imposible que somos me maravilla. Como decía Joseda, la vida es tan improbable que puede decirse que es un error. Somos una pirueta de la Naturaleza, una reunión imposible de casualidades y precisiones, una llamita cabezota en mitad de la tempestad.

viernes, 19 de octubre de 2012

Aplazar

Porque posponer no sé bien cómo se escribe, y porque suena como a dejadez. Y aplazar es dar un plazo, dejar un tiempo.

Algunas cosas hay que intentar no aplazarlas, por si mañana nunca viene, ya sabemos. Pero hay veces que a la fuerza ahorcan y no queda más remedio que meterse las manos en los bolsillos, poner en barbecho el cariño, y darse la vuelta, para volver a coger carrerilla.

Aquí anda latiendo, o latente, toda la creatividad, todo el tiempo, el hueco de huerto que guardo para las flores que quiero.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Afectos

Cada una de las pasiones del ánimo, como la ira, el odio, etc., y especialmente el amor o el cariño.

Quedan los afectos, nos mueven los afectos (también podría poner éstas en cursiva, no son definiciones pero son muy oídas).

A mi padre le quedan los afectos, o algo parecido, le quedan las fotos, las de cámara y las mentales, los fogonazos que le traen a nosotros. A mí todos los días me llegan muchas fotos de mi padre, podría juntarlas y hacer un corto, un corto de risas y de prudencia y de incondicionalidad, no llegan fotos tristes.

Decidimos con las tripas, recordamos con el corazón, la pasión, menos mal, no nos abandona nunca, lo mancha todo, lo cambia todo, fotografía, ya lo he dicho, lo que quiere y desde el lado que quiere.

Afecto es el resultado de una cosa que actúa junto a uno (ad-) y hace algo en él (-facto).

Dichosos los afectados, los que se dejan afectar, porque de ellos es la vida.

martes, 16 de octubre de 2012

Paciencia (2)

(Hago esto como ejercicio, no literario, sino de paciencia)

Aquí te pillo, aquí te mato, aquí te escribo, aquí te mando. Lo que escribí ayer fue un mojón, pero ahí se va a quedar, para que vuelva a recordarme los tiempos de cocción de los huevos, los días de reposo de las lesiones, las gotas que forman la tormenta, las pequeñas desilusiones que suman una ilusión, las zancadas que hay que dar para bajar 100 gramos, los mordiscos de pinza que vencen un entrecejo, los minutos que he pasado mirándote para seguir viéndote cuando parpadeo.

Cuarta gota

¿Sabéis en qué noto que os echo de menos? En que pienso que el mundo es un poco menos bonito que antes.

lunes, 15 de octubre de 2012

Paciencia

Tengo poca paciencia. A veces creo que he avanzado, que he madurado, que aguanto más que antes. Pero no, en efecto dominó, una vez perdida la paciencia con una cosa ya no dejo pasar ni una, y me hierve la sangre una palabra, unos cascos altos, otra impaciencia... Jo, me queda mucho que andar.

sábado, 13 de octubre de 2012

Segunda y tercera gotas

(Echadas en el sofá)

La segunda porque hoy la vida ha vuelto a ser más fuerte que la muerte y Blanca ya ha gritado aquí estoy. Porque la vida da sus pasos y Elena hace nada era solo hija y ya es remadre...

La tercera porque no nos hemos protegido de la ilusión. De ilusión también se vive, dicen. No, es que sólo se puede vivir de ilusión, lo demás es cáscara, ceniza, nada.

Primera gota

(Caída en el hombro de Marta)

No sé cómo sentirme, el martes no sabía si ir a clase o quedarme con Marta en un banco, por ejemplo. Tengo miedo a que me llamen triste, pero creo que tengo más miedo a estarlo. No sé cómo me siento, si me buceo veo racionalismo, practicidad, pero también veo palmeras de chocolate, crema antiestrías y besetes. No quiero ser sensiblón, no quiero ser piedra. Lo que quiero es a vosotros.

Privilegiados los 4 el tiempo que fuimos uno. Os quisimos mucho, no sé si os llegó, e hicisteis que nos  queramos más.

Dice García Márquez que la poesía es la única prueba de que el hombre existe. Yo sigo escribiendo poemas en el hombro de Mamá, para no dejar de existir.

jueves, 11 de octubre de 2012

Llorar

Llorar para dentro es malo, puede acabar convirtiéndose en un llorar por dentro, que es algo enquistado y triste. Hay que llorarlo bien, como dice Girondo, pero llorarlo mucho puede acabar ahogando la risa y etcétera. De todas formas, yo suelo llorar poco las cosas, me quedo corto, quiero decir, y luego, de repente, me sale un bulto en el ánimo, una contractura en el hombro, un padrastro en el corazón.

Total, que habrá que llorar, aunque cueste empezar.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Charcos

Creamos en la bondad, seamos ingenuos, insensatos, sintamos (nótese la curiosidad: en inglés sensato es "sensible", y yo aquí sensato lo uso con el significado de insensible), mojémonos hasta las cejas, dejemos las melindres, las medidas, los comedimientos. Tengamos fe, seamos los ventrículos del amor, queramos con el vientre, comamos con las manos, comámonos la vida con las manos, que detrás de todo no hay nada, que la cosa está dentro, como en los charcos, saltarlos es lo sensato, pisarlos lo divertido.

martes, 9 de octubre de 2012

Que nos quiten lo bailao

O lo que la Naturaleza no da, Salamanca no lo presta. O el viento hoy no ha sido propicio. O todos los ríos van al mar, pero el mar no se llena. O pero aquél que ha sentido en sus manos temblar la alegría no podrá morir nunca. U os queríamos nada más que de oídas. O gritar a los sordos es el pan de los felices. O aquí no hay justicia, ecuaciones, estadísticas ni más cera que la que arde.

Y repetiremos lo mismo tantas veces como venga, porque querer, latir es lo primero que pasa, viene escrito no sé dónde y, hasta apagado, vuestro corazón sigue rebotando tumtumtum, alegre, en nuestro corazón.

lunes, 8 de octubre de 2012

Mila Kunis

La mujer más sexi del mundo. Y todavía habrá algunas que persigan poder meterse en sus bragas (en las de Mila), pintarse los ojos del tono en que se los pinta ella y etcétera. Todavía quedarán algunas que no sepan que la belleza, como tantas cosas, es una actitud, una decisión, que el erotismo empieza en la naturalidad, y más, en lo natural, y más, en lo cotidiano, en lo mínimo.

Que llore Mila sin tu axila, sin tu pie, sin tus dientes desordenados como notas de una fuga.

domingo, 7 de octubre de 2012

Rutina

(Me estoy leyendo "El guardián entre el centeno". Copio un trozo sobre un museo al que el chaval iba todos los sábados cuando estaba en el cole)

"Pero lo que más me gustaba de aquel museo era que todo estaba siempre en el mismo sitio. No cambiaba nada. Lo único que cambiaba era uno mismo. No es que fueras mucho mayor. Sólo que eras diferente. Eso es todo. Llevabas un abrigo distinto, o tu compañera tenía escarlatina, o la señorita Aigletinger no había podido venir y nos llevaba una sustituta, o aquella mañana habías oído a tus padres pelearse en el baño, o acababas de pasar en la calle junto a uno de esos charcos llenos del arco iris de la gasolina. Vamos, que siempre pasaba algo que te hacía diferente."

(Y eso es lo que me encanta de la rutina, el matiz, lo extraordinario)

sábado, 6 de octubre de 2012

Viejas

Ya lo he dicho por aquí, pero lo repito: las lecciones se olvidan.

"No hay mayor pobreza que la soledad", decía la Madre Teresa. Aún así, me preocupo por la crisis, los michelines, las prácticas de shiatsu, la contractura del gemelo.

Ayer nos hablaba una vieja en el asilo y nos decía verdades, una o dos, cada uno tiene siempre dos o tres versiones de su única verdad, y entre medias se leía ésta de la soledad, y se la veía a ella sola (en la vida), deseando hablar, detrás de esos párpados de pasa, y yo pensaba en lo pesado que seré yo cuando llegue a viejo, pensaba en cómo andará de flaquito mi libro de verdades para entonces. Andamos cada vez más desnudos, o deberíamos hacerlo: vivir es ir quitándose ropa, ideas, trastos, hipotecas, crisis, michelines y contracturas. Yo aún llevo mucho puesto.

viernes, 5 de octubre de 2012

Llaves

(Mi llavero no tiene la llave del buzón, el de Marta sí).

Me das tus llaves para que pueda mirar el buzón cuando me vaya, o cuando vuelva, o las dos veces. Y eso es amor, porque me conoces y porque llevo días cansino con la carta que no llega, pero me das tus llaves y etcétera.

jueves, 4 de octubre de 2012

Llorones

Si no que se ahoguen, por lo menos que se atraganten con su llanto.

Sigo creyendo, cada vez más, qué cursi, qué antiguo, que la vida es del color del cristal con que se mira.

A mí la vida me ha sonreído, es verdad, por lo menos más que a mucha gente. No tiene mérito devolverle la sonrisa a la vida. Pero no hablo de mí, hablo de los que sonríen a la vida que les pone cara de ogro, de los que sacan flores del estiércol. Esos son los poetas, los felices, los valientes.

Y nosotros tengamos cuidado con que no nos salpique el llanto de los llorones, que contagia.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Importante

Bodas, bautizos y comuniones, chistes negros, verdes y marrones, viajes largos, coches grandes, tías buenas: no me importan un comino, lo siento, no es por fastidiar, de verdad, ni por ser guay, es que no me importan.

O no les doy importancia, si queremos matizar, los veo como cáscara. No pasa nada, otros verán cáscara las cosas que a mí me importan

Ciegos políticos, deportivos o laborales, complejos de inferioridad, frases hechas y quejitas: estos no me interesan, que es más grave que que no me importen: me importa tenerlos lejos. Pero eso sería harina de otra entrada.

martes, 2 de octubre de 2012

Suavizante

¿Qué hacen las señoras para que tiendan y todo el Parque huela a suavizante?

lunes, 1 de octubre de 2012

Papá

Por aquí se te sigue tratando con ese título, lo cual dice mucho de ti, pero también de nosotros, que nos hemos quedado con el que fuiste y no con el que eres.

Tengo padre, lo decía el otro día mi DNI nuevo, pero no papá.

Me dicen que te diga dos o tres cosas, las que me rondan, no por ti (te va a dar igual, estás loco, no eres papá), sino por mí, que llevo los bolsillos llenos de piedras. Las estoy cociendo (este blog me ayuda, creo que nació para esto), cuando estén las sirvo.