domingo, 29 de septiembre de 2013

A veces el cuerpo dice no, o el cielo dice no, o la cabeza dice no. Hoy el cielo de la carrera era gris oscuro pero nos abrazaba, nos decía un "puede", no nos decía un "no" ni un "sí", decía "puede". Pero el cuerpo no estaba para 4:18, y decía noes tan altos que la cabeza los ha oído, y también ella ha terminando diciendo "no". No ha podido ser, habrá que entrenar más (me hablaba Javi Alonso el otro día del trabajo, del cerdito de la casita de ladrillo; yo he sido cerdito ingenuo que pensó que con paja se para al lobo).

El gorrión, por cierto, sigue en ese nido que hizo en mi pecho.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Taquicardia

Llevo una semana con una taquicardia mínima e intermitente, ese gorrión en el esófago de antes de leer en clase, de antes de pedirte salir, de antes de saber una nota, de antes, en este caso, de correr una carrera.

Eso de querer hacerlo bien es un hilo fino que tira de nosotros hacia delante, hacia arriba, y nos deja un ratito en el aire como un badén en la carretera, y nos planta un aleteo en medio del pecho.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Guerra

Los viernes las chicas se visten de guerra, se pintan en la cara los mapas de la noche, se calzan botas incómodas pero letales, les crece una vértebra más, algo en la espalda que las hace ir más tiesas, más altas, tal vez para ver antes al enemigo, pero, oh, doble filo del arma, también para que el enemigo las vea antes, se perfuman lo suficiente como para que su olor vuele por encima del aire gris del Metro, presa de narices que caerán sobre ellas en picado.

A los que tenemos la paz en casa, evidentemente no nos interesa ni siquiera una batalla.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Amigos

Amigo, dice la etimología, es al que amas.

El único amor verdadero, decía Milan Kundera, es el que se profesa a los gatos, porque no lo van a devolver.

Tienes mucha suerte con tus amigos, me decía Marta ayer.

Ayer fue un día de amigos, mañana y tarde.

Yo creo, me perdone Milan, que el amor de la amistad es limpio, de ida y vuelta y creador (que crea, que hace crecer).

Tengo mucha suerte con mis amigos.

martes, 24 de septiembre de 2013

Sonrisa

Nos cuesta soltar la sonrisa cuando vamos solos, en el tren, por ejemplo. Se suben 4 ó 5 a cantar, guitarra, sonajero, flauta y algo más, no me acuerdo, y a todos nos cuesta reconocer que nos alegran la mañana, apretamos los labios, bajamos la cabeza, agarramos el pie para no llevar el ritmo. Siempre cuesta un poquito empezar a sentirse desgraciado, decía Benedetti. Y alegre, podemos añadir. ¿Y por qué? No sé, yo hoy le he soltado al pie la brida, les he hecho los coros (muy bajito), me he bajado en Atocha con sonrisa.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Aliento

A veces, va por rachas, me huele el aliento. Me sale de más allá de la boca, unos centímetros más abajo, o igual más abajo todavía, de la mitad del pecho, no lo sé, de donde se quedan atascadas las disculpas, los reproches, esas cosas. Hoy arrastro un cordero desde la comida, me bala de vez en cuando, no se va con la pasta de dientes, claro, no se va comiendo otra cosa, ni con el tiempo; tendré que llamar a un pastor que de una voz o de un palo en el suelo consiga arrancar a esta oveja perdida en el fondo de mi esófago.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Arte

El arte no es lo que sale de esas manos, el resultado. El arte es el proceso, el método, el rito. El arte es el baile de las manos, y lo que queda, que es lo que vemos nosotros, las huellas en el suelo, es sólo la sombra del arte; el arte es amasar el pan, meterlo al horno, medir los exactos segundos del calor, y lo que sale son ya, si se puede decir, las migas del arte, el pan es lo anterior.

Ando es un pintor japonés que dibuja gotas de agua, nubes solitarias, perfiles de mujer, y lo dibuja muchas veces, muchas versiones, nunca igual, siempre un poco más cerca de la perfección, dejándose en cada gota de nube de mujer. Y eso es arte.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Pestaña

Ayer una pestaña en el parqué de la Escuela de Shiatsu. ¿Cuántos deseos más habrá tirados por el suelo?

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Celta

Flauta, guitarra y acordeón en un hueco del parque. Golpes de guitarra para marcar el ritmo, el acordeón con su llanto de fondo, la flauta dando saltos felices, música celta. Y me trae a Luis Ángel, o sea, a la pasión, a los sueños, a lo posible, o a lo imposible, no sabe uno. Y me alejo corriendo con sonrisa.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Guardar

¿Por qué guardamos cosas? Creo que para sonreír, fíjate qué cursi.

Guardamos cosas que no usaremos más, que volvemos a ver cuando hacemos limpia, sonreímos, confirmamos que siguen ahí, que tienen más polvo, menos color y que siguen siendo inútiles, pero las guardamos otra vez porque nos gusta saber que están y nos gusta recordar por lo que están.

Y las guardamos para sonreír porque si las guardásemos para llorar sería de locos. ¿Que nos levantan alguna lágrima? Puede ser, pero nos traen más cosas buenas que malas, si no irían en trocitos a la basura.

Las cosas, ignorantes de lo que pasa por nuestro corazón, se van a dormir a lo oscuro del cajón durante otro año, y van perdiendo lentamente la luz, la forma en nuestra memoria, para volver a ser una alegría, una sorpresa, una lágrima feliz el año que viene.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Credo

(¿Cómo empiezo?)

Creo en lo pequeño (no, esto está muy visto, huele a tópico)
Creo en lo sutil (no, suena cursi)
Creo en lo que apenas se ve (parece anuncio de ONG, no vale)
Creo en lo que no hace ruido (muy largo, y parece que vendo un aire acondicionado)
Creo en las hormigas (otra vez las hormigas, dirá alguno, el ejemplo del trabajo mudo, etcétera; tampoco vale)

Pues mira, yo creo que sin llegar a empezar, ya ha quedado claro lo que quiero.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Rutina

(Que es el diminutivo de ruta, por es un camino que se repite y se repite).

Eso, la rutina, y la familia, y hacer limpia de camisetas de campamento, me sientan el alma, me hacen creer que el tiempo no ha pasado, que todo es igual. Pero sale uno del olor a detergente rancio, del sol a la misma altura de todas las mañanas, y sabe que las cosas cambian, pero qué más da.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Leo

Del verbo leer, no del zodiaco. Leo mucho, me dicen. Bueno, antes leía más, y no es frase hecha, y no es falsa modestia, son números; ahora leo lo que puedo y me gustaría leer más. Pero aunque leyese más, aunque leyese como antes, o aunque leyese más que antes no sería suficiente: algunas lecciones no se aprenden en el papel, ya sabemos (pero otras sí, volar sobre los lomos de otro es casi como hacer su viaje). Y es que yo leo para aprender, más que para entretenerme, porque aprender me divierte (aprender 2 cosas: aprender esas lecciones que yo nunca estudiaría y aprender a escribir, o sea, a explicarme, a entenderme).

Y es que si todo estuviese en los libros, y si además leer asegurase crecer, regalaría más libros: a los sirios, a los programadores de la tele y a mí.

martes, 10 de septiembre de 2013

De las manos

Que la entrada del otro día de las manos me ha traído una chorrada a las cabeza, si será de ahí, de las cuevas, de donde viene lo de dar una mano de pintura.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Cangrejo

Vas para atrás, como los cangrejos, me decía mi madre a veces, cuando me dejaba la cama sin hacer, cuando rompía un vaso, cosas así.

Los cangrejos, lo descubro a mis 34 años, no andan para atrás, andan de lado. Pero eso no quiere decir que mi madre no llevase razón: yo iba para atrás (y sigo dando pasos para atrás a veces, qué le vamos a hacer). Es más, le queda a uno la duda (porque mi madre lo sabe todo) de si alguna "raza" de cangrejo no andará para atrás, aunque sea 1 de cada 10 pasos laterales, o algo así.

Suicidio

Qué misterio el suicidio, qué voy a decir yo del suicidio, qué temblor da la palabra suicidio en la boca, se queda vibrando la ce, no sabe uno si conjura la muerte pronunciándola.

El suicidio es una muerte, lo decía hace un rato la madre de un suicida en la tele, que no tiene culpable. Cela abrazaba a los suicidas en sus artículos, a Cela le conmovía la fuerza incomprensible que llevaba a alguien a querer desaparecer.

A mí siempre me ha descolocado ese contra natura, siempre he pensado en la noche del que se iba y en la que le quedaba al que se quedaba. A mí siempre la palabra suicidio me ha hecho bajar la cabeza, mirarme los pies, quedarme un buen rato con la ce tiritando en el paladar.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Sopa

Pelos de sobaco de gallina, lágrimas de vaca recién enviudada, perlas de mejillón de rancio abolengo, hojas de un libro que nadie ha leído, gotas del sudor de un triatleta bizco, pelotillas de manta amarilla, los dedos de un guante de manita de cerdo, la aguja de un reloj de pulsera parado desde hace 6 años y 2 meses, virutas del lápiz con que se escriben los versos de amor y la sombra de ojos, la que dejan las pestañas sobre el párpado, cuando atardece.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Manos

Nuestros abuelísimos (32.000 años atrás) pintaban sus manos en las paredes de las cuevas. Qué tierno, qué raro, qué sencillo. ¿Por qué lo harían?, ¿querrían ya perdurar, decir "éste soy yo", decir "esta mano no la tienen los ciervos, los bisontes, los salmones"?

Manos abiertas como abanicos. Las dibujaban en negativo, o sea, la silueta roja, una mancha grande, y en medio, en blanco, la mano. Manos abiertas como crestas de gallo. Dibujaban la zurda, quizá ya fuesen diestros. Manos abiertas como el futuro, como un río de 5 lenguas, como la boca de salida de un túnel, una luz en medio de la cueva.

Más cárcel

¿Y cómo resolvemos esto?, ¿qué hacemos con los malos y con los que se equivocaron, y cómo los diferenciamos, y cómo reeducamos a los malos, si se puede?

Se ve que me falta experiencia, conocer más mundo, digo, más casos, y empatía, y perspectiva, y paciencia para los cambios, y corazón. La tele me deja cuerpo torcido con un documental de cárceles. A mí, que últimamente me persigue el tema de la culpa, del error, de la penitencia, se me queda cuerpo de interrogación.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Piel

La piel, que contiene nuestras carnes, nuestras iras, nuestros miedos, que evita que nos vertamos, que se abre en 2 rayitas para que veamos el mundo, que lleva nuestra ilusión de un punto a otro de la casa, que se moja y se seca y se mancha y se eriza y se arruga. La piel, el puente por el que nos queremos, un huerto de pelos, un lago de melalina, la diana infinita para los mosquitos, la única tela que me distingue, que me diferencia del aire, del mundo, de la nada.

martes, 3 de septiembre de 2013

Perro pastor

Un perro pastor, pero sin pastor, él solo con un rebaño de cabras en mitad del monte, se ve que le dijo el pastor, Barbas, aquí te quedas con éstas, cuídalas como si fuesen tuyas. O, mejor, le dijo cuídalas, que son mías.

Y ahí está, día y noche, contra humanos despistados como nosotros y contra el lobo, seguramente le dén más guerra los lobos. Nos ve y ladra y empieza a ir hacia las cabras, 10 cabras comiendo hierba ahí arriba, entre las piedras. ¿Subirá el perro hasta ahí arriba, hasta donde están las cabras? Y sube, y además en un ratillo, mientras nos mira, mientras encuentra el camino, no, por aquí no, por aquí han subido ellas, pero yo me caigo, por aquí.

Al perro, lo sabemos todos, le dan igual las cabras, al perro el que le importa es su amo, y, como corolario, todo lo que es de su amo. Qué envidia, esa fidelidad tan brusca que sube montañas, que se enfrenta en minoría contra los lobos. Qué envidia.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Sombra

Hoy ha tocado siesta a la sombra de un árbol, un frutal, creo, por la pinta, pero no sé. No era una sombra cerrada, dejaba entrar rayitos de vez en cuando, pero no importaba. Era la sombra imperfecta, despreocupada, feliz de un árbol que nos ha arrullado en un sueño dulce y breve.

Con cosas así a uno vuelve a darle envidia de los pueblos que no sólo sabían los nombres de los árboles, sino que se conocían sus sombras (las de la higuera y el tejo, asesinas; la del castaño, fresca; la del olmo, fértil; y así). Con cosas así, y con Marta al lado, claro, uno sabe que es cierto que a quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija, y se duerme tranquilo.

Humildad

La humildad es una lluvia constante, una lección que nos repite la vida y que algunos no queremos escuchar. Hoy tocaba la humildad en misa. El cura, como yo, se ha puesto a teorizar. La humildad se puede aprender en carne ajena, leyendo la historia universal o mirándose de vez en cuando las manos, lo que tiene uno en las manos después de 34 años y lo que está en manos de uno, lo poco que pueden las manos de uno.

Por eso a los orgullosos, a los que nos tapamos los oídos con teorías, nos da lo mismo porque la lección nos acaba entrando no por la oreja, sino por el ojo, cuando nos miramos las manos y etcétera.