lunes, 2 de septiembre de 2013

Humildad

La humildad es una lluvia constante, una lección que nos repite la vida y que algunos no queremos escuchar. Hoy tocaba la humildad en misa. El cura, como yo, se ha puesto a teorizar. La humildad se puede aprender en carne ajena, leyendo la historia universal o mirándose de vez en cuando las manos, lo que tiene uno en las manos después de 34 años y lo que está en manos de uno, lo poco que pueden las manos de uno.

Por eso a los orgullosos, a los que nos tapamos los oídos con teorías, nos da lo mismo porque la lección nos acaba entrando no por la oreja, sino por el ojo, cuando nos miramos las manos y etcétera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario