miércoles, 28 de noviembre de 2012

Humor

Hoy, sin querer, por hacer una gracia, me ha salido una frase como de tío interesante, un juego de palabras de filosofete: el humor es ciego.

Era para decir que todo admite humor, que ay de los tristes que no saben reírse de sí mismos.

Le tengo mucha fe yo al humor, y sé que cuanto más lo defiendo, cuanto más frases le hago, más fuerza pierdo. Yo no sé si sé explicar lo del humor, yo no sé si los demás sabrán lo que significa para mí el humor, una tarea, una decisión, uno de los finos hilos de la felicidad.

martes, 27 de noviembre de 2012

Eficiencia

No sé cómo lo dice Luis Ángel: a veces hay que ser ineficiente, o, la poesía no es eficiente, o, lo ineficiente es bello. No sé cómo lo dice, le queda muy redondo y se entiende a la primera.

Ineficiente es mi trabajo, pero no es bello. Ineficiente es este blog, puede que para mí sea poesía (en el sentido más inútil de la palabra, letras y letras para autocontarme siempre lo mismo). Me miro y me veo muy eficiente, más eficiente que hace años. Y no me gusta, claro, porque a la felicidad (puede que en el fondo lo que diga Luis Ángel sea esto) sólo se llega perdiendo.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Alfombra

Hoy alfombra roja para entrar a trabajar: un ciruelo chino en el parque de entrada al edificio ha empezado a desnudarse de sus hojas rojas.

Y todavía hay quien dice que los lunes son un infierno.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Gotas

Las que colman vasos, las frías (pero no las de clima, sino las que caen, qué susto, por la espalda), las gordas que se sudan (yo esta mañana he sudado un poco de esa gran gota, que he corrido mucho, hacía mucho que no corría mucho), las de colirio que escuecen en nuestra memoria inventona de niños, las de pegamento que no pegan todo lo que querríamos, las de pegamento que pegan lo que no queremos, y las de arena que decía la Nana, que ahora me cierran los ojos.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Otoño

Yo no sé si es ponerse muy cursi decir que hoy hacía una tarde muy bonita, que el campo olía dulce, a hojas mojadas, que el sol sabía dónde ponerse para que el color del suelo fuese de bizcocho, y que los árboles se habían quedado a mitad de strip tease porque el aire ya va sabiendo a chimenea.

Es un gusto saber que el otoño volverá aunque deje de explicarse en los temarios de Primaria y en el Tiempo de La 1, que el otoño, como tantas cosas, es una emoción (una emoción que vuelve).

viernes, 23 de noviembre de 2012

Sutil

No sé si es mucho decir que lo importante es sutil, o decir que lo importante es lento, o silencioso. No sé, porque igual es una percepción personal, porque igual para mí lo importante es que las cosas suenen poco y lleven paso seguro. Porque no leo los periódicos, porque en mi adolescencia, tal vez, me quedaba mirando desde fuera besos, promesas y gritos que quedaron en agua de borrajas. Porque creo mucho, puede que demasiado, en el tiempo, en el trabajo, en las hormigas.

Y este amor que a la fuerza empezó sutil (subtilis, bajo la tela, que es algo muy erótico) lo ha seguido siendo, sin aspavientos ni grandes verbos, con una fuerza mínima que nos junta sin darnos cuenta bajo la tela.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Otra vez

Me intimida el olor de los hombres volviendo de comer, como si trajeran calamares en el pelo, dejando un rastro de aceite en el aire, yo qué sé cuántos litros de vinagre metido entre las uñas, las barbas mojadas en pisto.

Me hacen llorar las caras blancas y cuello rojo como flamencos, las manos grandes de tabaco, colonia y bolsillo, los peines de nuestro pelo niño, el calor, las palabras, la luz que había en un soplido, la risa roja que me quería. ¿Qué haremos con todo, cuando todo esté a punto de perderse, de olvidarse? Recordarlo, recalentarlo, revivirlo, por supuesto.

martes, 20 de noviembre de 2012

Mestre

Una frase de Juan Carlos Mestre que me ha dejado el día entero dándole vueltas, por lo circular, lo comestible y lo relámpago:

"Toda la noche llamó la noche a los caballos"

lunes, 19 de noviembre de 2012

Papelera

En el baño del trabajo hay una papelera de ésas de pisar y levantar la tapa para echar las toallitas de papel. A media mañana ya hay papeles sobre la tapa y por el suelo. Piensas, ya está llena. Pisas, se abre la tapa, está medio vacía.

Más allá de lo guarra o lo vaga que sea la gente, me quedo con el que ve la primera toallita en el suelo y no abre la tapa y deja la suya también fuera pensando que la papelera está llena. Cuánto habrá de verdad en los grandes problemas de mucha gente, en el ruido de las noticias, en las crisis que nos creemos, en los rumores derrotistas. Lo difícil que es a veces andar levantando tapas.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Perfecto

Siempre puede uno hacer más de lo que hace, siempre un poco más, un poco más de tiempo, un poco más larga la zancada, más hecha la tortilla, más largos los besos, más cortos los chistes, más sabios los consejos, más atenta la mirada, más largos los brazos, más bonitos los regalos, más larga la cadena.

Elegir dónde parar debe de ser lo sano, pero también lo difícil, alcanzar el máximo viable, no el posible, encontrar nuestro mejor yo, que decía Salinas, sin caer al otro lado del barranco.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Sencillo

Sigo buscando la esencia. Antes, de pequeño, casi todo era oscuro, tenía pocas cosas pero ya me parecían muchas, y pensaba que de mayor sería como los mayores y tendría todavía más cosas (pensaba que llevaría gafas, que tendría libros, que mi teoría de la vida se haría más grande, se le sumarían experiencias, frasecitas y fotos). Pero no, cuanto más avanzo menos me va quedando, menos ideas claras pero cada vez más claras. Casi no tengo libros y casi ninguno de esos es mi favorito, no tengo poemarios, las publicaciones que tanto visten, sino creo que escribo el mismo poema todo el rato, el mismo poema en versiones distintas, el señor gordo que era Dios, por ejemplo, es ahora un palillo para vivir, no para estudiar, desbrozo parafernalias, pido sencillez, quiero amigos desnudos, amor en pantuflas.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Constipado

Y enfadado. Hoy me pueden los mocos, esta mosca en la cabeza, dolorcitos en los dedos, los gemelos, la garganta. Hoy no puedo predicar paciencia, o por lo menos no puedo predicarla con el ejemplo. Hoy, otra vez, la Naturaleza me humilla, me manda al humus, al suelo, me recuerda que yo mismo soy humus, humano. Y yo se lo agradezco, pero enfadado.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Comunicar

Cuánta gente habla, cuánta gente escribe, la de periodistas que hay, la de libros que se publican, la de profes que tuvimos, la de temas que se tratan, la de cosas que se dicen. Y qué poco de todo esto llega, cala, engancha. Qué difícil es acertar en el cómo, por eso hay pocos grandes poetas, pocos buenos periodistas, pocos maestros maestros.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

En tres palabras

Frío por las mañanas, miedo a constiparme para la carrera, Marta riéndose, oh, eso es lo mejor de estos días, Marta riéndose, shiatsus a 14 almas distintas y tan iguales, a todos nos duele lo mismo: los lumbares, los hombros y la soledad, todos hablamos el mismo lenguaje, sonrío y la cara del otro se vuelve espejo y sonríe, después de 15 minutos de tocar una espalda ya no eres el desconocido del principio, ya le has abierto al otro si no tus puertas, por lo menos las suyas, y entonces cuenta cosas que no iba a contar, y te da las gracias, ha pagado y te da las gracias porque cree que lo que ha pagado es poco para lo que tú le has dado, y tú sientes que sus gracias son mucho para lo que tú le has dado, tú has hecho una secuencia tipo y a veces te has despistado. Ya decía Machado lo de confundir valor y precio. Qué envidia la gente que, sin conocer a Machado, los diferencia enseguida.

Vuelvo

No es culpa mía, es que llevo unos días sin tiempo y otros sin Internet, pero sigo con las ganas de escribir apretándome en la garganta, como el primer día, que dirían los cursis.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Lluvia y mar

Será porque soy de interior, pero el mar me abruma y la lluvia me relaja. El mar se me hace grande y la lluvia son como muchos pequeños mares, el mar huele sólo a mar, tapa cualquier olor, la lluvia realza el olor de lo que moja, la lluvia huele por otros.

No sé de dónde me viene esta pasión por la lluvia, estas ganas de ser pez y nadar en la humedad del aire.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Parejas

Dios los cría, por caminos y con métodos y pucheros distintos, y ellos se juntan, tejen sus vidas, sus diferencias, sus pasiones nadie saben cómo en un amor que el papel no sostendría.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Más lluvia

Los perros con chubasquero un día se darán la vuelta, gruñirán a la mano que los tapa y saldrán a la calle a pelo, porque el chambergo les deja con el instinto a flor de piel, con la libertad que da la lluvia como sonriéndole detrás de un burladero.

Sigue lloviendo suave y a ratos, o a chaparrones y a 26ºC, no se le va de las manos al cielo la rabia, no tiene prisa por contarnos gota a gota su verano, su desierto, sabe que tiene día y noche (de noche nos canta más suave, nos explica más despacio) para verterlo todo.

Yo, ya sabes, envidio la paciencia de la Naturaleza y en este caso la del cielo, la facilidad, la falta de vergüenza para llorar y descubrirse. A los que no envidio nada es a los perros con chubasquero, más bien les compadezco, seguramente sea yo el que les da envidia: corro con lluvia, me entorna los ojos, me cuenta cosas al oído, vuelve a educarme en humildad.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Varias cosas

Ayer hablaba Cela de la gente correcta correctísima toda su vida, carne de manicomio el día que les da por hacer, decir, vivir de golpe todas las locuras que no han vivido.

Ayer hablaba Cela de la conformidad, o sea, de la cintura, de la sonrisa, de la perspectiva.

Ayer hablaba el Evangelio de que la felicidad no es un producto de lujo, pero que siempre encontramos excusas para no comprarla. Hoy decía que a veces hay que abandonar ciertas cosas para conseguir otras.

Hoy hablaba Marta de no dejar escapar las cosas, los momentos.

Total, que todo me habla de lo mismo, o que en todo me encargo de escuchar lo mismo, que esta entrada de varias cosas es de una sola, que me repito al decir que me repito, que me repito al repetirme mis conclusiones, y que ni aún así me las aprendo.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Ciruela

Una ciruela con el corazón roto, con el hueso partido, es algo inexplicable y también irreparable. Hoy me he cenado algo imposible, la ciruela prima de la aceituna del chiste que se cae y se rompe un hueso, la ciruela que escondía en su madurez un corazón repartido, abierto al público. Qué honor comerse una ciruela mártir, una ciruela que un día se entregó y ya no pudo dar un paso atrás, ya no hubo escayola ni reposo que la soldase, sino que querer la dividió para siempre.

(Siempre lleva razón José Hierro, y aquél que ha sentido en su mano temblar la alegría no podrá morir nunca)

domingo, 4 de noviembre de 2012

Amigos

Aparte de aquella sensación de no merecer ciertos cariños, de no saber corresponderlos, de ser sólo receptor, hoy me sorprende lo sutil, lo constante pero prudente de la insistencia de mis amigos, lo querido que me siento por teléfono, por mensaje, por lo que sea.

Uno tiene la sensación de que pasa un poco rápido por las cosas, un poco por encima de ellas, que no responde como debe a lo que recibe, ni con el tiempo ni con la pasión que merece. Uno tiene sensación de que va un poco a lo suyo y de que, no sabe por qué, la vida le regala amigos. Por supuesto, los acepto, pero no dejan de sorprenderme.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Hombro

Hoy tu hombro vuelve a dejar a este blog a su altura (apenas milímetros), y querernos es hablarnos.

Correo

Hoy tocaba soltar en 3 frases lo cocido durante un año, incluido lo utilizable de lo que ha caído por este blog. No sé si he estado bien, a la altura de mis expectativas, si he sido muy brusco, si lo he dejado claro, si la brusquedad ha hecho sombra al mensaje, si me he dejado algo sin decir. Había mucho que decir, o poco, pero importante, condensado, y la certeza de que caerá en saco roto, que siempre desmotiva un poco pero también le quita a uno presión.

Yo le escribía a ese señor con cara roja que dio un portazo en nuestras vidas. Por eso (porque ese señor entiende lo poco que entiende, y porque yo lo he escrito sin amor) seguramente entienda el sopapo como insulto y no como despertador. Da igual, a él no le voy a cambiar, por eso no le he dicho nada en todo este tiempo. Al que le debería haber cambiado ese correo es a mí, dicen los que saben, haberme liberado. De momento no he sentido liberación, pero tampoco otras cosas (salvo el enfado inicial). Habrá que esperar a mañana, o a su respuesta (siempre guarda uno 2 gotitas de esperanza, una para que caiga en la cuenta y otra, por si no cae, para que se enfade y le duela un poquito, una pequeña parte de lo que nos duele a nosotros; y es que es mentira lo que le he dicho, no le he perdonado, aunque también lo dijera aquí, al señor de Galicia yo no le entiendo ni le perdono). Habrá que esperar, decía, a ver si este correo me trae algo nuevo para el corazón: menos rabia, más perdón, otra tranquilidad, y cosas así.



jueves, 1 de noviembre de 2012

Pareja perfecta

Ella se gusta tanto que intenta verse en las pupilas de él. Él se gusta tanto, está tan seguro de sí mismo, que puede permitirse rascarse la barbita buscando un grano, un pelo duro, no sé, sin llegar a dar asco. Ella está tan enamorada (de él y de ella misma, tan orgullosa de haber conseguido esa pieza) que lo va contando a todos. Él está esperando a lo que vendrá depués de comerse las pizzas. Ella está tan buena, se da tanta caña en el gimnasio, que puede comer pizza como si no le importara que le engordara, ella, con perdón, come la pizza como si fuera otra cosa. Él se levanta a por algo, unas servilletas, sí, y mira alrededor, a otra mesita con 2 chicas, por si le miran, porque sabe que le van a mirar.

Siempre queda la duda, lástima que el INE no lleve la cuenta, de cuántas de estas parejas de catálogo, de ego frente a ego, terminarán bien. Yo sólo espero que todos (ellos 2 dentro de la relación, yo de mirón) maduremos con estas cosas, saquemos las lecciones que debemos.

Familia

Como agua, porque en ella peso menos, porque de ella salgo limpio, porque no hay sopresas, ni trampa. Como aire, porque me sigue dando vida, porque me rodea, me empuja. Y creo que así sigo sin explicar todo, ni una parte, pero es que haría falta empezar por mi definición, hablar de por qué muero, para intentar entender algo.