jueves, 8 de noviembre de 2012

Más lluvia

Los perros con chubasquero un día se darán la vuelta, gruñirán a la mano que los tapa y saldrán a la calle a pelo, porque el chambergo les deja con el instinto a flor de piel, con la libertad que da la lluvia como sonriéndole detrás de un burladero.

Sigue lloviendo suave y a ratos, o a chaparrones y a 26ºC, no se le va de las manos al cielo la rabia, no tiene prisa por contarnos gota a gota su verano, su desierto, sabe que tiene día y noche (de noche nos canta más suave, nos explica más despacio) para verterlo todo.

Yo, ya sabes, envidio la paciencia de la Naturaleza y en este caso la del cielo, la facilidad, la falta de vergüenza para llorar y descubrirse. A los que no envidio nada es a los perros con chubasquero, más bien les compadezco, seguramente sea yo el que les da envidia: corro con lluvia, me entorna los ojos, me cuenta cosas al oído, vuelve a educarme en humildad.

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