Yo quiero coger un rotulador y pintar en la pared del salón. Yo entiendo a los niños, y a los grafiteros pichacortas, a mí me dan envidia los chavales de "Hermano mayor" que tiran cubazos de pintura a una tapia para curarse (tenemos anclitas en el ánimo que a veces se van de un cubazo). Paso por las cristaleras y me meto las manos en los bolsillos para no escribir con mis dedos en ellas tu nombre.
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