viernes, 11 de enero de 2013

La mujer justa

Me está gustando el libro. Me está gustando más el autor, Sandor Marai, húngaro serio y sabio que escribe como si no lo pensara, repartiendo frasacas sin que se note mucho, y que un día decidió suicidarse, supongo que también sin muchos aspavientos.

La mujer justa, el título, es una traducción regular, la mujer perfecta igual era mejor. La mujer perfecta no existe, viene a decir, ni el piso perfecto, ni el trabajo perfecto, cantamos a coro los que esta lección ya nos la sabíamos pero nos encanta que nos la recuerden.

La familia nos hace ser mejores, dice más o menos en otro momento; el amor no pasa, dice otra vez. Estas cosas que uno podría oír en misa tienen más peso en un suicida escéptico, y me gustan.

(Aprovecho, nunca lo hago, no sé nunca por dónde empezar la entrada, para nombrar a Mamá, que me ha dado el libro (Mamá es también la madre de mi literatura) y que sabe que la vida perfecta no existe, y así me ha enseñado a ser feliz).

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