sábado, 26 de enero de 2013

Frutos

Patrón de Segovia, que lo aprendí el otro día. Pero no hablamos hoy en mayúsculas, sino de los frutos, de los pequeñitos frutos que uno a veces (Guadiana que es la vida) pasa rachas sin ver: de perder 100 gr a la semana, de sentir cada vez un poquito más en las manos durante un Shiatsu, de navegar con menos olas de la mano de Marta, del idioma que gotita a gotita ha ido mojando más la lengua de Julia en 2 semanas, de la risa libre con solo pernocta de Mamá.

Así, de repente pero en orvallo, llueve el maná para mi hambre impaciente. Y es que ya decía Cortés que el Reino de los Cielos, la felicidad, es como un CD: hace falta un rayo de luz para leerlo.

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