lunes, 8 de abril de 2013

Fe

Dice el Papa que santo Tomás, el que no creía si no veía, era pobre, porque no tenía fe. Porque no tenía razones para vivir, diría Fonso. Porque no tenía un porqué, habría dicho yo hace años, cuando escribía textos más cursis que los de ahora. Porque le daba miedo pasear por el aire, le diría Indiana Jones. Porque se ponía la tirita antes de hacerse la herida, porque decía y no hacía, porque aprendía pero no comprendía, porque llamaba y no entraba.

Tomás no sabía que hay gente buena capaz de vencer a la muerte, a la crisis, a la tristeza, a los noístas. Ni se imaginaba Tomás que una señora de la tele que hasta hace poco ayudaba a toxicómanos porque perdió a su hijo yonki hace 30 años, y que ahora da de comer a los parados, diría como don Bosco: "ojalá pudiéramos dar más comida de la que damos". Quién nos habría dicho que eso tan breve y tan difícil era la fe, hermano Tomás.

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