Hoy en la primera lectura Dios le dice a Abraham que se vaya poniendo los calcetines, que tiene que ser padre de un pueblo, y un pueblo grande, casi como el PAU de Vallecas.
A mí me emociona cuando el Evangelio se fija en lo pequeño. Abraham, viejo, y Sara, seca, estéril, tuvieron descendencia para llenar varios PAUs.
A mí me emociona cuando lo pequeño se hace enorme.
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