domingo, 19 de enero de 2014

Llorar

Hay quien llora a lagrimillas, casi no se ven, se pueden limpiar con la mano, a veces se secan solas, con el aire. Hay quien llora con la cara roja, como apretando para que las lágrimas no salgan, o para que salgan, no se sabe, y luego se le quedan los ojos brillando un buen rato. Hay quien llora muy de vez en cuando. Hay quien llora a manotazos en el pecho, para que se les oiga o para exprimir todo lo que se pueda.

A todos ellos les admiro, porque llorar es algo muy bueno que yo, cobarde, no hago.

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