jueves, 27 de junio de 2013

Vacío

La gente no le mira, hacen un barrido por la sala y al llegar a él le saltan. Sus ojos guiñados detrás de 10 dioptrías, y guiñados no porque no vean, sino por chulería, porque no sé en qué película se creyó que era Clint Eastwood, sus ojos guiñados, digo, no dan la pena que debieran (la pena que deberían dar si supiésemos toda la soledad que se agarra en ellos para no salir y gritar), y nadie los mira, nadie le abraza con una mirada. Quizá por eso el pez que se muerde la cola actúa aquí en su contra, y guiña más los ojos. En realidad es casi un cuerpo guiñado, como alguien que no existe, alguien invisible, un vacío en mitad de la sala, alguien que, de puro quedarse solo, es nadie.

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