miércoles, 19 de junio de 2013

Perros

Contaban que 2 perros se  habían comido a su amo, que llevaba no sé cuánto tiempo muerto.

De los perros hay que aprender siempre muchas cosas, desde el olfato a la fidelidad, pero hoy nos dan otra lección que los hombres tenemos puesta en refrán pero que tal vez se no entendamos ni apliquemos: el muerto al hoyo, y el vivo al bollo. Estos 2 perros han sabido distinguir el amor de la idolatría, la vida (la suya) de la muerte (la de su amo), estos perros han entendido, y casi han conseguido explicarnos, la resurrección, eso de sacar vida donde había muerte.

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