domingo, 10 de febrero de 2013

Canción

Hoy me ha traído mi suegro algo de mi infancia, el principio de una canción de la que creo que los dos sólo nos sabíamos el principio, la música lenta, triste, como una foto manchada, de una canción que ha resultado ser de amor:

"Esta noche ha llovido, mañana hay barro", que es una frase de después de cenar, que es la frase que nos sabíamos, que es una frase de labrador, que es algo en lo que uno ya no piensa porque en la A2 no hay barro.

Y sigue: "pobre del carretero que va en el carro". Ay, eso sí que termina de asfixiarme el corazón, que alguien se acuerde del carretero, que alguien ande enamorado del carretero y le pique la lluvia tanto como a él, y que el pobre carretero tal vez ni lo sepa. Esto me deja un picor de garganta, la lágrima en la sala de espera.

Y termina con dos cositas muy tiernas:
"Dicen que los pastores huelen a sebo, pastorcito es el mío y huele a romero."
"En el medio la plaza cayó la luna, se han hecho cuatro partes y tú eres una."

Y a mí la lágrima me pasa al párpado porque, no sé por qué, me acuerdo de mi padre, como una foto manchada.

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