lunes, 23 de diciembre de 2013

Niños

El que no sea como un niño no será feliz nunca.

Qué envidia, lloro un poco por dentro, su risa de leche, sus ojos como salones de palacio, alcantarillas de la belleza. Qué envidia poder decir todo esto sin rococó, sin palabras. Qué envidia, voy a dejarlo claro ya, mecer tanta luz, tanta potencia, en un corazón tan pequeño.

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