domingo, 1 de diciembre de 2013

Manta

Hay abrazos que abrigan más que mantas.

De vez en cuando me vuelve la Madre Teresa ("no hay mayor pobreza que la soledad"), y me acuerdo de mi padre, que andará por ahí solo, pobre de abrazos, pasando frío, en menudo invierno se ha metido.

A menudo, sin acordarme de la Madre Teresa, me siento rico, arropado hasta el flequillo, como le gusta dormir a Marta: llevo migas de Blanca en la chaqueta, la Bostru me regala, como siempre, luz, los cumpleaños pueden volver a ser felices.

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