Los qué tal son mentira, ya sabemos, y más mentira son los bienytúquétal de vuelta. Y qué le vamos a hacer, es el protocolo, es el aire que decía Anthony de Mello que llevan las ruedas, que hace el camino más llevadero. Sí hay alguno que aprovecha y te cuenta su calvario, su operación, su sueldo.
A otros nos sirve para sonreír y no preocupar a nadie con nuestras pequeñas preocupaciones, pero nos llevamos a casa la pregunta, ¿y yo qué tal?, y es la excusa para hacer balance, que siempre es bueno. Viva, pues, por siempre este protocolo.
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