Si te oyera Heráclito se revolvería en sus aguas, si te oyeran mis células, las pobres, más lentas cada día, si te oyera mi blog... Claro que uno cambia, milímetros o años de golpe, claro que uno no sabe hacia dónde.
Hasta hoy yo no sabía, por ejemplo, que las hojas moradas de una lombarda parecían alas de ángel triste. Y todavía me preguntas si he cambiado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario