viernes, 28 de septiembre de 2012

Yonqui con perro

Como título de cuadro, por ejemplo.

Esta tarde un yonqui llevaba de la correa un perrillo muy salao, y le iba diciendo no sé qué de a ver qué hacía ahora, "¿a ver qué haces ahora?", así, con un tonillo cariñoso, como de padre. Yo pensaba lo paradójico que es que alguien que apenas se gobierna, que apenas sabe cuidarse, ande cuidando de un animalillo. Es tierno, es una locura de las que a veces hacen los yonquis, es tal vez el último trocito de humanidad que le quede a un yonqui, la única parcela de amistad que le quede (¿los yonquis tienen amigos?, pensaba, ¿de quién puede fiarse un yonqui, si no puede fiarse ni de sí mismo?).

Un yonqui con perro sigue siendo la prueba de que la poesía existe.

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