lunes, 26 de mayo de 2014

Sonrisa

Yo de pequeño (cuando me leía El Señor de los Anillos) tenía un marcapáginas de un payaso que le metía un bocado a la página y el blanco de la hoja era el de su sonrisa y decía "A pesar de todo, siempre sonreír". Yo aprendí el lema de memoria y de verlo en mi madre. Y más o menos lo he venido aplicando hasta hoy. Es un contrato con sus ventajas y sus inconvenientes: a veces uno sonríe por la mañana y el día se da bien en dominó; otras se le quedan a uno detrás de los dientes un montón de cosas que nunca llega a decir y le forman un sarro de incomodidad.

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