Gozo es una palabra muy de monja, muy de las tías de mi madre, Rafa y Angelita, que rozaban la santidad con las 2 manos.
Pero la RAE, la lengua, ayer me sorprendió otra vez, y dice que gozo también es la llamarada que levanta la leña menuda y seca cuando se quema. Qué preciosidad.
Y en el origen de esa acepción encontraríamos, lógicamente, un invierno frío.
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