domingo, 10 de noviembre de 2013

Javi

Da gusto comprobar que hay gente plana: pasa el tiempo, la tempestad, la calma y siguen siendo los mismos. Es la esperanza para los que tememos que cualquier día la vida dé otro giro y nos vuelva a dejar con la boca abierta. Es el consuelo para los que amamos la rutina, el mínimo desnivel de la rutina, el constante y difícil paso que lleva la rutina. Es la demostración para los que no se creen los teoremas de la felicidad o sus axiomas (el de la constancia, el de la paciencia, el de la pequeñez). Se me han nublado un pelín los ojos al ver a Javi Alonso con chamberga de montaña y sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario