Decía Víctor Frankl lo mismo que Nietzche, que el que tiene un porqué siempre encuentra un cómo.
Tristes hay, y hacen ruido, pero hay que tener fuerza y no dejarse contagiar, no hay que mirarles a los ojos (que son el reflejo del alma) porque le hunden a uno con ellos; porque ellos también cumplen el teorema de Frankl, pero en su cara B, y siempre encuentran maneras, razones, evidencias para confirmar que están muertos.
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