lunes, 25 de agosto de 2014

Eructos

Somos lo que comemos, y los eructos nos lo recuerdan, y nos lo vuelven a recordar. Somos lo que mamamos en casa, quiero decir: hoy un chaval (9 años, 10, 8, no sé era bajito) con un móvil en la oreja como 3 manos suyas escupía rabia por boca, ojos y pies (deja por el suelo la entrada de la rabia que escribí el otro día). Cuánta falta de control aprendida: iba amenazando a alguien porque no le había esperado, iba a pisarle la cabeza. A mí se me ha encogido un poco el alma, me ha dado miedo mirarle, y me ha dado pena que el azar le haya regalado unos padres como él.

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