jueves, 17 de julio de 2014

Ayer

Ayer cené con García Marquina, el hombre que vivió con Cela. Ayer leí en voz alta, no se si se me escuchó bien, ¿se me escucha?, hacía mucho que no leía en voz alta. Ayer volvió a pasar que la poesía aburrió, la mía creo que no, ¿aburro?, la mía no era buena pero era fresca, y en esto de escuchar 100 poemas seguidos es más importante la pinta que la calidad, como los tomates de Carrefour. Ayer dije alguna palabrota en voz alta, ¿ofendo?, hacía falta soltar algunas espinas, ya sabes, las que a veces me trago. Ayer participé en "Versos a medianoche" y me lo pasé bien, antes, durante y después, y eso es muy bueno, como lo de encontrarse con el amigo y que todo siga fluyendo después de 3 años de sequía, sin vernos.

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