Decía el otro día el cura de la boda de Álvaro y Mar que el amor sólo tiene sentido cuando se da a los demás. Parece evidente, pero a los que somos muy de amor propio a veces se nos olvida. Me recordó a eso que corre por Internet de que el cerebro es como un paracaídas, sólo funciona bien cuando se abre. Pues el corazón igual.
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