El cocherito me dijo anoche que si quería montar en coche. Y yo le dije con gran salero:
- No quiero coche, que me mareo.
- Si te mareas, a la botica, que el boticario te dé pastillas.
Pobre cochero, que le dan calabazas y encima le llaman cocherito. Yo habría hecho lo mismo, mandar a la mareítos a tomar pastillas.
(Repito canciones de este estilo 5, 10, 500 veces pasillo arriba, pasillo abajo para dormir a María; y a la larga, como un mantra, me iluminan y me revelan sus secretos)
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