miércoles, 29 de agosto de 2012

Mira

Mira lo que has conseguido, le dice, entre triste y con desprecio, enfadado, como mirándose las manos vacías (pero no se las mira, le mira a la cara). Mira, ya no sé decirte qué tal andas sin que huela a hueco, ya no sé marcar tu número, ya no sé si la vida es lo que aprendí, la idea que yo tenía, o las cosas estrambóticas que pasan últimamente.

Mira, ya no hay marcha atrás, en ciertas cosas no hay deshacer como en el Word, se rasgan los trajes, se mojan los papeles, se pierden los miembros, los nervios, lo que sea, y ya no hay marcha atrás. Mira, somos flexibles, nuestro amor se estira hasta donde nunca pensamos, aguantamos horas bajo la lluvia, como las vacas, días de llorar, de incertidumbre, esperando con una paciencia desconocida a que escampe.

Mira lo que has conseguido, le dice sonriendo, me diste tanto que no has podido quitármelo de un golpe, en una mañana; me diste tanto que estoy siendo capaz de pasar por la lluvia. Mira, te perdono porque no tengo piedras que tirarte, porque mi amor no se ha roto, has tirado mucho y mi amor no se ha roto, se ha hecho más grande.

No hay comentarios:

Publicar un comentario