Ando ayunando al revés: por las noches. Me acuesto con un hilo de hambre; a veces, cuando me doy la vuelta en la cama, noto el hilo un poco más tenso, y creo que sonrío pensando en el desayuno.
A veces es bueno cogerle al cuerpo de las riendas y recordarle quién manda.
Ay, a ver si aplico yo esta técnica.
ResponderEliminarJaja. Yo voy a estar 1 semana, a ver qué pasa.
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