jueves, 27 de noviembre de 2014

Putas

Le estaba contando a los fruteros chistes verdes y se ha acercado un tío a comprar. Me iba a callar pero dice "Sigue, sigue, que me gustan". Termino el chiste, se ríen un poco los fruteros y nada el señor. "Está bien", dice, "como el día que le di una hostia a una puta en un club de la A1". Y nos ha contado la historia de arriba abajo, y cuando ha terminado nos hemos quedado los fruteros y yo con una sonrisilla boba y ni siquiera hemos sido capaces de decir "Está bien".

Esto ya me pasaba de pequeño, que jugaba a ser mayor y era divertido, pero cuando llegaba un mayor de verdad me arrugaba, me hacía más pequeño de lo que era de verdad. Hay cosas que si son irreales son más graciosas, más imposibles y más asumibles que si son bruscamente verdad.

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