El otro día un chaval, 12 ó 13 años, iba delante de nosotros, paseando, pasotilla, volviendo del cole. De pronto se echa a un lado, nos deja pasar, se vuelve, se agacha, había visto un caracol en la acera. Ahí le dejé, hablándole al oído a un caracol sobre el mar, la adolescencia, todo eso que lleva uno en la mochila y que a veces comenta con los pacientes caracoles.
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